«Cuando empieces a presentar a siervos de Dios como "el gigante refulgente de la fe", "el gran y extraordinario hombre de Dios", "el eximio y eminente reformador" y expresiones de ese tipo, sea que te refieras a muertos o vivos, escritores o predicadores, misioneros o pastores, es hora de que revises en dónde está tu corazón y tu entendimiento, no sea que se hayan apartado de Cristo y su Palabra y vayan en pos de los hombres y sus interpretaciones de Cristo y su Palabra. Los siervos inútiles que Dios usa para dárnoslos como referentes son necesarios, pero tu corazón le pertenece al Señor Jesucristo y tu entendimiento a Su Palabra. ¡Guárdalos!». —David Franco, «La Carrera No Ha Terminado»
La expresión de la convicción
un blog de Jesús 24x7©/David Alberto Franco