«Hemos sido llamados a predicar la Palabra, y si lo hacemos apropiadamente, habrá un llamado a la decisión dentro del mensaje. Si dejamos que el Espíritu Santo actúe en las personas, que de hecho lo hace, algunos vendrán al finalizar el culto para hablar con el predicador. Creo que siempre debe haber una indicación de que el predicador estará dispuesto a atender a cualquiera que desee hacer preguntas o necesite ayuda. »Esto es muy diferente a poner presión en la gente para que pase al frente. Siento que es incorrecto presionar directamente a la voluntad ya que el orden en la Escritura, parece ser este: "La verdad es presentada a la mente, la cual mueve al corazón, el que a su vez, mueve la voluntad"». —Martyn Lloyd Jones, «El Llamado al Altar»