«El préstamo más alto, con la retribución más elevada, son lo hijos: los recibimos de Dios y a Él se los regresamos y nada se compara con lo que vivimos los padres entre la recepción de ellos y su entrega "He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre" (Salmos 127:3)». —David Franco, «La Carrera No Ha Terminado»