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Mostrando entradas de enero, 2014

¡Qué triste nuestra eternidad!

«Si todo lo que el Señor nos tiene preparado como bendición es de índole material, ¡qué triste nuestra eternidad y que paupérrima nuestra existencia en esta tierra!». —David Franco, «Si me conviene escucho, si no, pues no» en ¡Ya Levántate!

Por un puño de tierra

«No dejes de ver la montaña de bendiciones obtenidas, por culpa de un puño de tierra frente a tus ojos». —David Franco, « Tristeza y Quejumbre Crónicos :: Envejeciendo Bíblicamente » en ¡Ya Levántate!

Gozo y Agradecimiento: Receta contra la depresión

«Entiende que estar gozosos y dar gracias siempre a Jehová Dios, es un mandato que nos protege de la depresión y de hacer daño a los nuestros y nos provee la bendición de ser testimonio y consuelo a otros a pesar de nuestras circunstancias». —David Franco, « Tristeza y Quejumbre Crónicos :: Envejeciendo Bíblicamente » en ¡Ya Levántate!

Fuego que levanta | Sabiduría Extrema (1)

«¿Cómo logramos que los hermanos que solamente se la pasan sentados en las bancas del templo, se levanten y hagan "algo"? »Simple: con fuego. No, no me refiero a un avivamiento, lo que se requiere es prenderle fuego a las bancas y todos se levantarán y correrán hacia la salida. Asegúrate de estar en la puerta y entregarles su paquete consistente en La Santa Biblia, un curso de evangelismo y folletos para que, mientras salen corriendo, lleven lo que necesitan para hacer ese "algo" que el Señor les ha demandado». —David Franco, «Sabiduría Extrema: Exagerando con erudición»

Como un partido de Fútbol Americano

«Los viejos cristianos hemos creado confusión en los nuevos cristianos pues les hemos dado a entender que el cristianismo es como un partido de Fútbol Americano. Han entendido que el novato llega al equipo y se sienta en la banca, todo el tiempo que sea necesario hasta que por fin un día, se presenta la oportunidad de su vida para jugar la posición que siempre soñó. No les hemos dicho que, si bien el que llega se sienta en la banca, es solamente para atarse las correas de los zapatos para inmediatamente levantarse a llevar el agua, cargar la utilería, llevar mensajes, estar disponibles para cualquier tarea que se les solicite y animar a los que ya estaban en el partido, amén de entrenar al mismo ritmo de todos los demás; y todo para aprender haciendo, no solo oyendo. Eso significa que nadie se queda en la banca: todos juegan». —David Franco, «La Carrera No Ha Terminado»