«La próxima vez que te sientas, o mejor dicho, que nos sintamos ofendidos por una palabra de la Palabra, echemos mano de la humildad y la paciencia y esperemos un poco; Dios nos está hablando, ya sea para formación o para corrección; escuchémosle».
—David Franco, «El Guijarro en la Sandalia - Piel delgada y oídos sensibles (2)»
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